La Cumparsita: El sinónimo de tango
Publicado el 22/08/2025 a las 20:00 por Elizabeth Pallante

A pesar de lo que muchos dicen, La Cumparsita es uruguaya. Es el Himno Cultural y Popular de la República Oriental del Uruguay, una pieza inseparable de nuestra identidad y de lo que somos como pueblo.
El tango
El tango, en sus inicios, fue un género musical considerado vulgar, nacido en las clases bajas de Montevideo y Buenos Aires, las capitales rioplatenses. Hoy lo asociamos con elegancia, salones refinados y orquestas majestuosas, pero en sus comienzos estaba ligado a prostíbulos, puertos, bodegones y cárceles, y era duramente despreciado por la alta sociedad.
Hasta el día de hoy persiste la eterna disputa rioplatense: ¿es el tango de Uruguay o de Argentina? Lo cierto es que su origen es compartido. Es fruto de una mezcla de formas musicales como la habanera cubana, el candombe africano, la payada criolla, la milonga, el sainete, la mazurca, la polka europea, el vals, la zarzuela y el tango andaluz, entre otras. También está profundamente marcado por la cultura de los esclavos africanos, los inmigrantes europeos, los criollos y los pueblos indígenas. Incluso se cree que la palabra “tango” nació entre los esclavos africanos llevados a Argentina, quienes la utilizaban para referirse a los lugares donde se reunían.
Becho, la Federación y el nacimiento de La Cumparsita
En 1917, Gerardo “Becho” Matos Rodríguez, un joven estudiante de arquitectura, estaba postrado en su cama con fiebre alta debido a la tuberculosis. En medio de su delirio escuchaba en su mente unos acordes que no podía dejar escapar. Sin conocimientos formales de música, le pidió a su hermana Ofelia que los transcribiera mientras él los tocaba en un piano de cartón. Al escucharlo, ella exclamó: “¡Esto es un tango!”, en una época en que el tango aún era mal visto y asociado a los bajos fondos.
Ese mismo año, la Federación de Estudiantes del Uruguay, a la que Becho pertenecía, pasaba por una grave crisis económica, ya que llevaban meses sin poder pagar el alquiler de su sede. Para recaudar fondos decidieron sacar una comparsa en el carnaval de 1917, y Becho se ofreció a componer la música. Así nació La Cumparsita.
La Cumparsita nace en “La créeme de la créme”, ya que Becho provenía de una familia acomodada. Su padre era dueño del cabaret Moulin Rouge de Montevideo, donde solían presentarse importantes figuras del tango. Por allí pasó incluso el argentino Pascual Contursi, considerado el creador del primer tango-canción con su obra “Mi noche triste”.
El nombre “Cumparsita” proviene del cocoliche, la jerga de los inmigrantes italianos. Uno de sus amigos le decía así a la Comparsita.
La primera interpretación y las disputas
Becho le pidió al pianista argentino Roberto Firpo, una de las grandes figuras del tango de la época, que estrenara la pieza. Firpo le sugirió modificarla y compartir la autoría, pero Matos se negó rotundamente. Aun así, Firpo aceptó tocarla, y La Cumparsita sonó por primera vez en la confitería La Giralda de Montevideo. Gustó tanto que esa noche la interpretaron seis veces seguidas.
Tiempo después, Matos vendió los derechos de la obra a la editorial argentina “Breyer” por apenas 50 pesos, una suma irrisoria. Sin embargo, años más tarde logró recuperarlos alegando que era menor de edad cuando firmó el contrato, ya que solo tenía 20 años (en esa época la mayoría de edad se alcanzaba a los 21).
De Montevideo a París y los problemas legales
Años después, Matos viajó a París y quedó atónito al escuchar La Cumparsita en un café. Sin embargo, no era su versión instrumental, sino una adaptada con letra por Pascual Contursi y Enrique Maroni, titulada “Si supieras”. Ese tango-canción había alcanzado una enorme popularidad en Buenos Aires y Europa, pero su autoría fue atribuida parcialmente a ellos, lo que desató una larga disputa legal que duró décadas.
El enfrentamiento con Roberto Firpo también se intensificó. Firpo alegaba que había incorporado pasajes propios a la obra durante su estreno y reclamaba reconocimiento como coautor, algo que Matos siempre negó. Finalmente, tras años de juicios, la justicia falló a favor de Matos y la pieza quedó registrada oficialmente bajo su nombre.
Éxito mundial y legado
El éxito de La Cumparsita fue arrollador. La pieza se interpretó en toda América y Europa, convirtiéndose en símbolo del tango rioplatense. Matos fue reconocido como compositor de tangos y música criolla, pianista, director de orquesta, periodista y difusor de la música uruguaya.
Hoy, La Cumparsita es la segunda obra más versionada del mundo, con más de 2.500 interpretaciones registradas en diversos estilos, desde orquestas típicas hasta versiones sinfónicas, jazz e incluso rock. Es un himno no solo del Uruguay, sino de toda la cultura rioplatense.
Y aunque la disputa por el tango siga siendo tema de debate entre uruguayos y argentinos, para nosotros no hay duda alguna: La Cumparsita es nuestra, y con ella late el corazón del Uruguay.