Logo Política y opinión

La democrática república de la ignorancia

Publicado el 20/05/2025 a las 14:00 por Carina Ernst

Imagen del artículo

Obsérvate... solo mírate y piensa en lo que ves. ¿Lograste llenar ese vacío creciente que todo devora, cuando te compraste ese teléfono inteligente? ¿O cuando comiste eso que envenenó tu cuerpo? No te voy a hablar de cultura al éxito (que en realidad es cultura a la envidia), pero te voy a pegar con el dialecto de la realidad.

Observa la sociedad que te rodea, porque es reflejo de lo que tu alma anhela... o de lo que detesta. Mira cómo la gente ya no ríe como antes, no empatiza con el desdichado, pero todos aman llenar sus bocas con el famoso voluntariado, o con algún cotilleo barato. Piensa en la última vez que hiciste algo bueno por ti, por alguien que dices querer o por un tercero que no conoces. Piensa en profundidad cómo caminas a través del celular, tus pasos son sordos a los demás y te camuflas en la sombra de la vereda, vives conectado a algo a lo que no le interesas y te pierdes en los vacíos de tus grietas emocionales, sin saber gestionarlas, decidiendo ignorarlas.

Ignoras lo que se cocina bajo la superficie porque la incómoda pero cómoda sociedad en la que te mueves te mantiene, apenas vivo, pero dormido a tu propio sentir, haciéndote contradecir entre lo moralmente correcto y la hipocresía automática inculcada con la que reaccionas. Ignoras cómo mecanismos que tenemos inconscientemente asumidos nos llevan a aceptar silenciosamente ciertas realidades y cuando decides que quieres cambiarlas, algo en tu mente se disipa, pierdes el foco o la fuerza y te tientas con las recompensas intermedias. Te duermes, de nuevo. Puedes aislarte como muchos que caminan por las calles con sus enormes auriculares. Puedes refugiarte en algún rincón que consideres cómodo y donde creas que el frio no pueda alcanzarte. Puedes disfrazarte de persona comprometida con tus ideales, pero recuerda que no es posible mantener siempre un personaje. Puedes evadirte de múltiples formas, pero si dentro de ti se sigue agitando la inquietud, tarde o temprano saldrás a la luz.

Si sigues así, si eliges no atender, tu alma será irrecuperable, caerá en el eterno sueño del ruido colectivo y cuando logres despertar te habrás alejado totalmente de tus objetivos, y allí caerás en una segunda trampa, la pereza de comenzar nuevamente o la desdicha de nunca haber comenzado a tomar verdadera responsabilidad.

Sin dogmas políticos, sin creencias religiosas, sin interferencias vacías, ni estallidos de euforia, no me pronuncio desde una ideología, pero tampoco desde la ignorancia, me pronuncio como quien no puede permitir que esta sociedad enferma y contaminada profundice su propia decadencia.

Foto de Carina Ernst

Carina Ernst

Estudiante de todo lo que inquiete; me gusta darle voz a lo que se ignora, se calla o se da por sabido. Actualmente estudio Contabilidad y Economía en UdelaR.

Más sobre el autor

Te puede interesar

¿Qué te pareció este artículo?

Compartí este artículo

Comentarios

Anónimo

20/05/2025 14:12

Maravilloso, maravilloso

Anónimo

20/05/2025 16:08

Duro de digerir pero interesante.

Anónimo

21/05/2025 12:22

Hermoso! ♡

Anónimo

21/05/2025 17:52

Muy bueno!!

Dejá tu comentario