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Arte y Cultura

Una gota de Resiliencia

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Publicado el 11/08/2025 a las 20:00 por Carina Ernst

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Siempre me gustó moverme bajo un concepto muy específico, y hoy te lo describo:

“Si esa idea es viable en tu mente, si tiene espacio y se alojó allí, tienes todas las herramientas y potencial para lograrla.”

En mis memorias más viejas, y en las más recientes, siempre esa concepción estuvo presente. Siempre observé, desde lo profundo de mi comprensión, cómo, aun en la adversidad más oscura, el humano, a lo largo de su historia, perseveró y se guió por la ínfima luz que la resiliencia arrojó sobre su alma, y se aferró a ella como un sediento al agua. Y logró esas osadas hazañas que hoy admiramos con el corazón un poco enternecido y los ojos brillosos. Y con el pecho hinchado y la voz ahogada susurramos: “Sí se pudo.”

Y quien lea esto tiene esa misma capacidad resiliente, porque, en mi pensar, es algo innato del humano: la adaptabilidad, la superación de obstáculos, la fuerza indomable que nace cuando se sabe por qué se pelea, cuando se defiende una justa razón o cuando nosotros mismos nos tenemos que sacar del pozo... Y si quien lee esto lo duda, que mire en retrospectiva, porque su peor momento fue opacado por un simple, casi bromista, rayito de esperanza luminosa, por una absurda oportunidad o idea que decidió ejecutar. Si saliste de eso, si lo superaste aferrándote a la idea más delirante que cruzó por tu mente, ¿por qué sigues dudando de ti como si siguieras allí?

Aun en la oscuridad abismal que puede envolver la mente de cualquier ser vulnerable, se encuentra calma. Un destello suave, un reflejo que puede disipar muchos malos momentos. En la metafísica occidental se plantea la idea de que no puede existir el todo sin la nada ni la nada sin el todo. Si lo traducimos un poco, implica que, dentro de cada persona, hay luz y oscuridad, y se debe aprender a balancear nuestros dones y carencias; eso nos hace humanos, eso nos hace fuertes, vulnerables y resilientes ante las adversidades que golpean a la puerta de nuestra casa.

Si todo fuera una sola masa oscura, densa y única, entonces no sería nada, y, repito, la nada no existe. Pero tú sí existes, aun en tus abismos profundos, en tu dolor, en tu tristeza y frustración sigues allí, existiendo, y eso solo se debe a que, dentro de ti, en el fondo de tu alma, en algún rinconcito de tu pecho, sigue latiendo la luz, la esperanza y la pequeña gota de resiliencia que te llevará a lograr esa idea que cruzó tu mente en algún momento y prendió la alarma en tu pecho, aquello en lo que piensas y tu mente susurra: “Yo quiero eso.”

Espero que haya quedado claro, pero, por si las dudas, me repetiré: puedes lograrlo. Independientemente de tu situación actual y tu dolor personal, busca esa pequeña luz que te arranca una sonrisa involuntaria. Esta sencilla escritora sabe, ciertamente, que todos tenemos una luz así: un motivo, una idea absurda, ese algo que hace que nuestra nada se vuelva todo.

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Carina Ernst

Estudiante de todo lo que inquiete; me gusta darle voz a lo que se ignora, se calla o se da por sabido. Actualmente estudio Contabilidad y Economía en UdelaR.

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Comentarios

Anónimo

11/08/2025 21:34

Muy bueno!!!

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